Un camino a través del aire
El negro aguardaba.
—¿Recuerdas que me debes cincuenta dólares, Belter?
—Sí, señor.
—¿Y quieres escaparte? Te voy a matar a latigazos.
—Con toda esta agitación se me había olvidado, señor.
—(…) Maldito seas. ¿Sabes lo que vas a hacer?
—No, señor.